Desde el punto de vita del
ser social del hombre individual, también la comunicación aparece como una
necesidad para la cohesión de la especie
en comunidad. No otra cosa indicaban algunas de las actividades que le hombre
realizaba como expresión de la comunidad a la que pertenecía: el canto, el
baile, la danza, etc.
La sociedad tiene sentido y constituye un valor en la medida en que
concretiza al ser individual y en la medida que este contribuye al
enriquecimiento del ser genérico. Ya Marx, advertía del peligro que encierra “fijar
la sociedad”, como abstracción frente al individuo es el ente social. La vida
individual del hombre y su vida genérica no son distintas. En etapas posteriores
a las antes descritas del proceso evolutivo de la humanidad encontramos, con
todo, que al concebir a la sociedad como abstracción frente al individuo, la
vida del género deja de ser el fin o la meta del hombre individual y se convierte en medio por el que solamente
determinados hombres particulares logran los fines que se proponen.
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